*** Iván R, Castrillo C.
Los trabajadores de las Artes y las Culturas en Bolivia, pero sobretodo en Tarija, se encuentran entre los más afectados por las crisis de desempleo surgida a causa de la pandemia del COVID-19, debido a la naturaleza específica de su ocupación, que con frecuencia es esporádica, exigiéndoles ser autónomos o trabajar por cuenta propia, obligándolos a desempeñar otros trabajos en paralelo; constituyendo una pérdida enorme que tomará años su recuperación.
Es necesario reconocer plenamente la dignidad e importancia del trabajo creativo, así como los derechos de personas empleadas en sectores del arte y la cultura a trabajar en condiciones equitativas y satisfactorias. Si los artistas se ven privados de sus derechos y no pueden desempeñar su trabajo, se socavan los derechos culturales de todas las personas, no solo de los artistas.
«Los derechos culturales suponen el núcleo de la experiencia humana. Son fundamentales para hacer realidad los derechos humanos universales y para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. No son un lujo ni siquiera, y quizás de forma más especial, durante una crisis sanitaria global. De hecho, las culturas son la esencia de nuestra respuesta a la COVID-19.» (Karima Bennoune, Relatora Especial de NNUU).
Persiste una cuestionadora ruptura, desconocimiento, desinformación, abandono e inercia respecto a los Derechos Ciudadanos de los Artistas, como si el artista solo debiera dedicarse a plasmar su obra y no constituirse en un sujeto y objeto de derecho ciudadano. La crisis causada por la pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve la persistente necesidad de mejorar los mecanismos de protección social, económica y laboral de los artistas y profesionales de la cultura. Hoy más que nunca es preciso mantener, fortalecer y consolidar sus condiciones de vida y trabajo. La Recomendación de la UNESCO relativa a la Condición del Artista (1980) viene reclamando, desde tiempo atrás, proteger debidamente los derechos sociales y económicos de los creadores y que se adopte un enfoque integrado de la legislación relativa a su estatus.
La COVID-19, ha representado una compleja amenaza para los fundamentos de todos los derechos humanos; estamos frente a una posible “catástrofe cultural” mundial, que tendrá consecuencias graves y duraderas sobre los derechos culturales y otros derechos humanos. Una catástrofe cultural irreversible si no se toman medidas concertadas, eficaces y dotadas de recursos necesarios para evitar ese desenlace de manera inmediata y sostenida a medida que el mundo vaya saliendo de la pandemia. Junto a ese panorama desolador, los artistas nos encontramos ante la ausencia de un marco normativo y legal, además de la nula implementación de políticas públicas que garanticen los Derechos Ciudadanos a los artistas y que beneficien al sector de las Artes y las Culturas, sobre todo en esta crítica etapa de la pandemia.
Todos nacemos artistas de una u otra forma hasta que ingresamos a las aulas, sin embargo, no hay esa continuidad de desarrollo artístico integral como suele ocurrir en muchos países europeos. Esa constituye la primera vulneración a nuestros derechos ciudadanos; la ausencia de políticas públicas y de una normativa orientada a beneficiar a los artistas, es una recurrencia a nivel nacional y de gobiernos subnacionales, esta realidad disminuye la posibilidad de asignar un presupuesto justo, equitativo y sostenible que favorezca a los artistas.
Es absolutamente necesario adoptar un enfoque basado en los derechos culturales para responder a estos problemas y evidenciar el valor de las artes y la cultura y su importancia para el disfrute de los derechos humanos, los compromisos en materia de derechos culturales contraídos en virtud del derecho internacional, deben propiciar una renovación cultural que privilegie la función que cumplen los artistas, las Artes y las Culturas para beneficio de las sociedad.
El Gobierno Municipal de Tarija, en una acción política y sin sentido, ha dispuesto reducir el presupuesto para cultura y bajar el rango de la Secretaria de Cultura al nivel de Unidad de Cultura, esta situación afecta de sobremanera a los artistas, al desarrollo de las Artes y las Culturas y pone en riesgo evidente a la sociedad, sobre todo en este tiempo que las Artes y las Culturas han servido para paliar los efectos psicológicos, físicos, mentales y espirituales de las personas frente a la pandemia.
En Tarija se ha formulado el Plan Estratégico Municipal de las Culturas y las Artes de Tarija - PEMCAT, sin embargo, desde la fecha de su entrega al Gobierno Municipal, no se cumplido una sola acción de las que el PEMCAT propone para beneficio de los artistas.